Se parte de Roma para salir de la Ciudad Eterna a lo largo del río Tíber con posibilidad de seguir dos directrices: la directora Salaria y la directora Tiberina.
Se atraviesa la campiña romana y la Sabina hasta llegar al Valle Santa di Rieti, a lo largo del corazón de este tramo de la Vía de San Francisco de Asís. En este valle surgen los sugestivos santuarios franciscanos de Greccio, La Foresta, Poggio Bustone y Fontecolombo, encastrados en el verde de los bosques, y a lo largo del camino el Roble de San Francisco en Rivodutri y todo alrededor de las cumbres del Terminillo.
Desde el Lago de Piediluco se sube a lo largo de la Valnerina, o valle del río Nera, tocando los característicos burgos de Arrone, Ferentillo y Ceselli. Una vez superado el relieve del Monteluco, donde surge el Bosque Sagrado y el santuario franciscano de Monteluco, se llega al valle de Spoleto tan amado por Francisco: “Nihil iucundius vidi valle mea spoletana”.
El trazado se articula a lo largo del agradable valle umbro con sus burgos ricos de arte y de belleza: Spoleto, Poreta, Trevi, Foligno y Spello. El paisaje de Italia alcanza cumbres de belleza, y la campiña cultivada ofrece productos locales, relacionados con la historia de los lugares. El camino se termina en Asís verdadera “ciudad-santuario”.
Merece la pena reservar un día a la ciudad, dedicarle una experiencia de gran valor histórico, artístico y espiritual.
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Las etapas de la Vía del Sur